La enfermedad celíaca en los más pequeños

 Primero debemos saber que el niño tiene que salir de casa con su problema bien explicado y sin ocultar nada, necesita toda la información posible para poder enfrentarla solo. Es labor de los padres el que el pequeño asuma su patología e intente controlarla desde el principio. Como directora de tiempo libre en escuelas y casales sé que muchos niños celíacos se esconden para comer y así no ser etiquetados por sus compañeros por ser diferentes. Aunque hay edades en las que los niños son muy crueles con los compañeros, hemos de decir que cuando se les explica bien las cosas aprenden rápidamente. Es deber de los tutores y monitores del comedor plantear el tema como si fuese una cosa habitual. Hay que plantear dinámicas grupales relacionadas con el tema e integrarlo a la vida diaria del colegio. El colegio se tiene que preocupar de que cuando haya una fiesta o una excursión se disponga de productos sin gluten para los celíacos. También es recomendable (y lo exige la ley de comedores de colegios) crear un menú diferente para ellos y vigilar que no coman de los platos de sus compañeros. Además es misión de los padres informar al colegio del problema para que tomen las precauciones pertinentes. El gluten deberán evitarlo no sólo de forma directa sino en la llamada contaminación cruzada ya que al sentarse al lado de otros compañeros en el comedor se podrían transferir partículas indigestas para el celíaco. Es frecuente entre los celíacos de 9 a 24 meses náuseas, vómitos, diarreas, pérdida de masa muscular y de peso, fallo de crecimiento. Después de los 3 años los síntomas suelen cambiar.

 Desde la Asociación de Celíacos de Madrid han creado una publicación, El niño celíaco en el colegio, es facilitada a los solicitantes.

Montse Deza Pérez 

Reposteriá sin gluten

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